¿Qué
es el Maltrato Infantil?
Hemos elegido la definición
del Centro Internacional de la Infancia de París, que
considera que maltrato infantil es "cualquier acto por
acción u omisión realizado por individuos, por instituciones
o por la sociedad en su conjunto y todos los estados
derivados de estos actos o de su ausencia que priven a los
niños de su libertad o de sus derechos correspondientes y/o
que dificulten su óptimo desarrollo".
Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples
formas, nosotros hemos seleccionado las siguientes :
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Maltrato físico:
Acción no accidental de algún adulto que provoca
daño físico o enfermedad en el niño, o que le coloca
en grave riesgo de padecerlocomo consecuencia de
alguna negligencia intencionada. |
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Abandono físico:
situación en que las necesidades físicas básicas del
menor, (alimentación, higiene, seguridad, atención
médica, vestido, educación, vigilancia...), no son
atendidas adecuadamente por ningún adulto del grupo
que convive con él. |
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Abuso sexual:
Cualquier clase de placer sexual con un niño por
parte de un adulto desde una posición de poder o
autoridad. No es necesario que exista un contacto
físico (en forma de penetración o tocamientos) para
considerar que existe abuso sino que puede
utilizarse al niño como objeto de estimulación
sexual, se incluye aquí el incesto, la violación, la
vejación sexual (tocamiento/manoseo a un niño con o
sin ropa, alentar, forzar o permitir a un niño que
toque de manera inapropiada al adulto) y el abuso
sexual sin contacto físico (seducción verbal,
solicitud indecente, exposición de órganos sexuales
a un niño para obtener gratificación sexual,
realización del acto sexual en presencia de un
menor, masturbación en presencia de un niño,
pornografía...) |
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Maltrato emocional:
Conductas de los padres/madres o cuidadores tales
como insultos, rechazos, amenazas, humillaciones,
desprecios, burlas, críticas, aislamiento,
atemorización que causen o puedan causar deterioro
en el desarrollo emocional, social o intelectual del
niño. |
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Abandono emocional:
Situación en la que el niño no recibe el afecto, la
estimulación, el apoyo y protección necesarios en
cada estadio de su evolución y que inhibe su
desarrollo óptimo. Existe una falta de respuesta por
parte de los padres/madres o cuidadores a las
expresiones emocionales del niño (llanto,
sonrisa,...) o a sus intentos de aproximación o
interacción. |
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Síndrome de Münchhausen por poderes:
Los padres/madres cuidadores someten al niño a
continuas exploraciones médicas, suministro de
medicamentos o ingresos hospitalarios, alegando
síntomas ficticios o generados de manera activa por
el adulto (por ejemplo mediante la administración de
sustancias al niño). |
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Maltrato institucional:
Se entiende por malos tratos institucionales
cualquier legislación, procedimiento, actuación u
omisión procedente de los poderes públicos o bien
derivada de la actuación individual del profesional
que comporte abuso, negligencia, detrimento de la
salud, la seguridad, el estado emocional, el
bienestar físico, la correcta maduración o que viole
los derechos básicos del niño y/o la infancia. |
Indicadores de Maltrato
Infantil
El niño no sabe defenderse ante las
agresiones de los adultos, no pide ayuda, esto lo sitúa en
una posición vulnerable ante un adulto agresivo y/o
negligente. Los niños que sufren maltrato tienen múltiples
problemas en su desarrollo evolutivo, déficits emocionales,
conductuales y socio-cognitivos que le imposibilitan un
desarrollo adecuado de su personalidad. De ahí la
importancia de detectar cuanto antes el maltrato y buscar
una respuesta adecuada que ayude al niño en su desarrollo
evolutivo.
Los problemas que tienen los niños maltratados se traducen
en unas manifestaciones que pueden ser conductuales, físicas
y/o emocionales. A estas señales
de alarma o pilotos de atención es a lo que llamamos
indicadores, ya que nos pueden "indicar" una situación de
riesgo o maltrato.
A continuación exponemos una serie de indicadores que nos
pueden ayudar en nuestra observación, sin embargo hay que
tener en cuenta que éstos por sí solos no son suficientes
para demostrar la existencia de maltrato sino que además
debemos considerar la frecuencia de las manifestaciones,
cómo, dónde y con quién se producen.
Por ello es importante saber interpretar estos indicadores y
no quedarnos ante ellos como observadores o jueces de una
forma de ser ante la que no podemos hacer nada. Estos
indicadores no siempre presentan evidencias físicas (v.gr.:
algunas formas de abuso sexual, maltrato psicológico... )
sino que pueden ser también conductas difíciles de
interpretar.
Algunos de los indicadores, entre otros, que se pueden dar
son:
En el NIÑO:
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señales físicas repetidas ( morados, magulladuras,
quemaduras...) |
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niños
que van sucios, malolientes, con ropa inadecuada,
etc. |
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cansancio o apatía permanente (se suele dormir en el
aula) |
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cambio
significativo en la conducta escolar sin motivo
aparente |
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conductas agresivas y/o rabietas severas y
persistentes |
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relaciones hostiles y distantes |
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actitud hipervigilante (en estado de alerta,
receloso,...) |
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conducta sexual explícita, juego y conocimientos
inapropiados para su edad |
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conducta de masturbación en público |
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niño
que evita ir a casa (permanece más tiempo de lo
habitual en el colegio, patio o alrededores)
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tiene
pocos amigos en la escuela |
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muestra poco interés y motivación por las tareas
escolares |
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después del fin de semana vuelve peor al colegio
(triste, sucio, etc..) |
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presenta dolores frecuentes sin causa aparente
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problemas alimenticios (niño muy glotón o con
pérdida de apetito) |
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falta
a clase de forma reiterada sin justificación
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retrasos en el desarrollo físico, emocional e
intelectual |
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presenta conductas antisociales: fugas, vandalismo,
pequeños hurtos, etc. |
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intento de suicidio y sintomatología depresiva
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regresiones conductuales (conductas muy infantiles
para su edad) |
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relaciones entre niño y adulto secreta, reservada y
excluyente |
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falta
de cuidados médicos básicos |
En los PADRES y/o CUIDADORES:
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parecen no preocuparse por el niño |
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no
acuden nunca a las citas y reuniones del colegio
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desprecian y desvalorizan al niño en público
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sienten a su hijo como una "propiedad" ("puedo hacer
con mi hijo lo que quiero porque es mío")
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expresan dificultades en su matrimonio |
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recogen y llevan al niño al colegio sin permitir
contactos sociales |
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los
padres están siempre fuera de casa (nunca tienen
tiempo para...) |
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compensan con bienes materiales la escasa relación
personal afectiva que mantiene con sus hijos
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abusan
de substancias tóxicas (alcohol y/o drogas)
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trato
desigual entre los hermanos |
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no
justifican las ausencias de clase de sus hijos
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justifican la disciplina rígida y autoritaria
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ven al
niño como malvado |
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ofrecen explicaciones ilógicas, contradictorias no
convincentes o bien no tienen explicación
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habitualmente utilizan una disciplina inapropiada
para la edad del niño |
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son
celosos y protegen desmesuradamente al niño
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Estos indicadores pueden observarse en otros casos que no
necesariamente se dan en niños maltratados, la diferencia
más notable es que los padres maltratadores no suelen
reconocer la existencia del maltrato y rechazan cualquier
tipo de ayuda, llegando a justificar con argumentos muy
variados este tipo de acciones; en cambio los padres con
dificultades suelen reconocerlas y admiten cualquier tipo de
ayuda que se les ofrezca.
El
Maltrato
Físico
Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños
son alarmantes. Se estima que cada año cientos de miles de
niños reciben abuso y maltrato a manos de sus padres o
parientes. Miles mueren. Los que sobreviven el abuso, viven
marcados por el trauma emocional que perdura mucho después
de que los moretones físicos hayan desaparecido. Las
comunidades y las cortes de justicia reconocen que estas
“heridas emocionales ocultas” pueden ser tratadas. El
reconocer y dar tratamiento a tiempo es importante para
minimizar los efectos a largo plazo causados por el abuso o
maltrato físico. Cuando un niño/niña dice que ha sido
abusado, hay que tomarlo en serio y evaluarlo de inmediato.
Los niños que han sido abusados pueden
exhibir:
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una
pobre auto-imagen pobre |
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reactuación del acto sexual |
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incapacidad para confiar o amar a otros |
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conducta agresiva, problemas de disciplina y a
veces, comportamiento ilegal |
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coraje
y rabia |
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comportamiento auto-destructivo o auto-abusivo,
pensamientos suicidas |
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pasividad, comportamiento retraído o apegamiento
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miedo
de establecer relaciones nuevas o de comenzar
actividades nuevas |
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ansiedad y miedos |
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problemas en la escuela o fracaso escolar
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sentimientos de tristeza u otros síntomas de
depresión |
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visiones de experiencias ya vividas y pesadillas
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abuso
de drogas o de alcohol |
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problemas al dormir |
A menudo el daño emocional severo a los niños maltratados
no se refleja hasta la adolescencia, o aún más tarde, cuando
muchos de estos niños maltratados se convierten en padres
abusivos. Un adulto que fue abusado de niño tiene mucha
dificultad para establecer relaciones personales íntimas.
Estos hombres y mujeres pueden tener problemas con el
acercamientos físico, el tocar, la intimidad y el confiar en
otros al llegar a adultos. Están expuestos a un riesgo mayor
de ansiedad, depresión, abuso de substancias, enfermedades
médicas y problemas en la escuela o en el trabajo. Sin el
tratamiento adecuado el daño hecho al niño abusado
físicamente puede perdurar de por vida.
La identificación y el tratamiento a tiempo son
importantes para minimizar las consecuencias del abuso a
largo plazo. Los profesionales de la salud mental
capacitados deben de llevar a cabo una evaluación
comprensiva y proveer el tratamiento para los niños que han
sido abusados. Mediante el tratamiento, el niño maltratado
comienza a recuperar su sentido de confianza en sí mismo y
en otros. Pueden ayudar a la familia a aprender nuevas
formas de darse apoyo y de comunicarse los unos con los
otros. Los padres pueden también beneficiarse del apoyo,
entrenamiento y manejo del coraje.
El abuso físico no es el único tipo de maltrato infantil.
Muchos niños son víctimas de abandono, de abuso sexual o de
abuso emocional. En todos los tipos de abuso infantil, el
niño y la familia pueden beneficiarse de una evaluación y
tratamiento de un profesional de la salud mental capacitado.
Violencia Doméstica – Los Niños Están Viendo
Los niños que viven en hogares violentos a
menudo son las víctimas olvidadas de la violencia familiar.
Los niños que son testigos a la violencia salen tan
afectados como aquellos que están siendo abusados. La
violencia familiar tiene el efecto como las ondas que se
forman al caer una piedra en el agua. Además del obvio
impacto en la víctima directa de la violencia, los testigos
a la violencia o las "víctimas silenciosas" también son
afectadas.
Tanto como el 70 por ciento de los niños en
hogares violentos son testigos de palizas,
usualmente es el padre golpeando a la madre. Los
niños tienen tanto miedo al oír los gritos de la
mamá o al ser testigos del abuso, como cuando
ellos son los que reciben el abuso. Los policías
repetidamente oyen de los niños, de cómo se
encogen de miedo en las esquinas de sus cuartos,
que se esconden debajo de sus camas, se
acurrucan bajo las sábanas, o se esconden en el
ropero con miedo a que la violencia termine
matando a su madre. Los niños también se pueden
convertir en las víctimas directas de la
violencia ya que del 50 al 75 por ciento de los
esposos que golpean a sus esposas también
golpean a sus hijos. |
¿Cómo puede un niño de 12 años violar y
matar a su vecinita de 7? ¿Cómo puede un niño de 13 años
matar a otro por un par de zapatos tenis? ¿Cómo puede
alguien desarrollar la capacidad de acechar, torturar y
asesinar a otra persona y no sentir remordimiento? Hay
demasiados crímenes que no tienen ningún sentido en nuestras
mentes lógicas, pero la gente crece para cometerlos y a
menudo no siente remordimiento. ¿Qué estamos haciendo mal?
Se ha encontrado una gran clave
en un estudio reciente relacionado con el desarrollo del
cerebro.
El cerebro permite que la víctima infantil
se adapte a cualquier trauma violento. Estas adaptaciones
neurobiológicas que le permiten al niño sobrevivir la
violencia pueden resultar en un aumento a la tendencia a ser
violento cuando crece. Los niños que crecen en un ambiente
violento tienen partes del cerebro que simplemente no se
desarrollan. Esto a menudo es la capacidad de comprender
conceptos abstractos, como el remordimiento, la culpa,
empatía y otras habilidades que le permiten al niño sentir
conexión con otros humanos. Los estudios muestran que la
falta de experiencias apropiadas efectivas en la niñez y los
problemas que resultan con la falta de conexión con otros
humanos juegan un gran papel en la epidemia actual de la
violencia en los Estados Unidos hoy.
Un investigador prominente en el área de
traumas es el Dr. Bruce Perry del Hospital de Niños en Texas
(Texas Children’s Hospital). El cerebro de un recién nacido
es activo, complejo y flexible. Él ha mostrado cómo las
experiencias que llenan a un bebé en los primeros días,
meses y años tienen un impacto decisivo en la arquitectura
del cerebro y en la naturaleza de su capacidad como adulto.
Cuando un bebé nace, el cerebro tiene más de un billón de
neuronas que harán caminos y conexiones basados en las
experiencias sociales que experimentará. Cuando tienen dos
años y medio, aproximadamente el 85 por ciento del
crecimiento neurológico del bebé está completo, lo que
significa que la fundación para la capacidad del cerebro ha
sido formada. ¿Qué es lo que
están aprendiendo los niños en hogares violentos?
Si combinamos el efecto de la violencia en
el desarrollo del cerebro con muchas otras áreas el cuadro
que se forma es terrible. Estos efectos de la violencia
pueden comenzar aún antes del nacimiento. Se estima que
entre el 14 y el 25 por ciento de mujeres embarazadas son
golpeadas. Las mujeres que son golpeadas corren el riesgo de
dos a cuatro veces más alto de dar a luz a un bebé de bajo
peso. El peso al nacer es un gran factor, probablemente el
más importante, en la supervivencia del recién nacido y su
crecimiento y desarrollo.
Cuando las etapas de desarrollo son
interrumpidas por el autor del abuso, los efectos negativos
son muy aparentes. De bebé, la tarea crucial en el
desarrollo es de hacer conexiones con otras personas, la
cual provee una fundación para el desarrollo sano. Si estas
conexiones no se forman los niños tienen dificultad formando
relaciones y esto puede bloquear el desarrollo de sus
habilidades. Cuando los niños comienzan a caminar, el miedo
a ser separado de sus papás, el llanto y excesivo apego son
reacciones típicas al trauma. Mientras los niños crecen,
unos de los efectos psicológicos, físicos y cognoscitivos
pueden ser la agresividad (ira destructiva), trastornos en
la alimentación o con el dormir, trastornos relacionados con
su modo de ser (depresión), cumplimiento o apego excesivo, y
separación.
Cada año millones de niños atestiguan la
violencia en el hogar. Cada uno de estos niños es afectado
de alguna manera negativa. La violencia doméstica es un
comportamiento aprendido. Hagamos todo lo posible para parar
esta violencia. Esto puede ser un crimen letal, es una
amenaza social y es costosa para la sociedad y para sus
víctimas. Nosotros podemos ayudar apoyando los refugios para
mujeres abusadas, los programas para los abusadores,
promoviendo los centros de visitación, animando las
sanciones para los criminales cuando se necesitan, abogando
por sentencias judiciales apropiadas, o asegurándose de que
eduquemos y entrenemos a todos los jugadores en este campo.
Recuerde – ¡Los niños están viendo y aprendiendo por medio
de lo que ven y escuchan!
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