La
orientación sexual
Dr. C.
George Boeree
Las
raíces de la homosexualidad son todavía un misterio (aunque
solo un poco más misterioso que los orígenes de la
heterosexualidad). Como casi todas las cosas, parece
implicar tanto las raíces genético-fisiológicas como las
raíces cultura-aprendizaje. Aquí mostramos algunos de los
posibles factores: En primer lugar, puede haber bases
genéticas en la homosexualidad. J. Michael Bailey y Richard
C. Pillard, por ejemplo, descubrieron que el 52 % de los
gemelos idénticos de hombre homosexuales eran también
homosexuales, comparado con solo un 22 % de los gemelos no
idénticos. De forma similar, encontraron que si una gemela
idéntica es lesbiana, en casi el 50 % de los casos
estudiados, la otra gemela era también lesbiana, en
comparación con el 16 % de las gemelas no idénticas.
La gente
a menudo pregunta: Si la homosexualidad es genética, ¿cómo
trascenderá a las generaciones futuras? Los homosexuales
tienen hijos, por supuesto, pero a una tasa
considerablemente menor que los heterosexuales. De forma que
¿porque no ha “des-evolucionado” de nosotros? Existen varias
posibilidades, pero la más obvia es que los genes
responsables de la orientación sexual son similares a
aquellos genes simples que son responsables de la anemia de
las células falciformes: si obtienes un gen de célula
falciforme de la madre y un gen de célula falciforme del
padre, entonces adquirirás una anemia de las células
falciformes, una enfermedad mortal. Pero los genes de las
células falciformes se mantienen en parte en la población
porque si tienes uno de ellos eres más resistente a la
malaria.
De la
misma forma, si se posee una dosis completa de genes para la
homosexualidad, se es menos propenso a la reproducción. Pero
media dosis puede realmente hacer a la persona más propensa
a sobrevivir y reproducirse. Las mujeres con algunas
características más asociadas a los hombres (¿la
asertividad, quizás?) pueden hacerlo mejor que sus hermanas
más femeninas. De igual forma, los hombres con algunas
características de las mujeres (¿quizá más afecto por sus
hijos?) pueden hacerlo mejor que sus hermanos más machos.
Incluso
con un componente genético de la homosexualidad, necesitamos
comprender que los genes son solo responsables de hacer las
proteínas, y aun necesitamos explicar cómo las proteínas
pueden influir en los comportamientos sexuales. Una vía
fructífera es, naturalmente, las hormonas sexuales,
especialmente la testosterona y los estrógenos.
Los
estrógenos, las hormonas femeninas, son las hormonas por
defecto: Si la testosterona no está presente en un feto en
desarrollo, este se convertirá en una chica, da igual si
tiene la genética de una chica o no. Por otra parte, si la
testosterona se añade de alguna forma al feto en desarrollo,
desarrollará testículos, un pene y demás, incluso si tiene
el ADN de una chica. Hay ciertas circunstancias donde esto
ocurre, incluso en seres humanos.
Tanto los
hombres como las mujeres tienen testosterona (es crucial
para el crecimiento), pero los hombres tienen cerca de 100
veces más. En ratas y ratones, los niveles bajos tienden a
estar asociados a la lordosis, que es el término técnico que
describe la postura sexual que las hembras tienden a
adoptar. Los niveles altos en animales están asociados a una
tendencia a montar a otros animales.
Los
hombres con niveles altos de testosterona tienden a tener
una apariencia más masculina, tienden a comportarse de una
forma más masculina, y tienden a ser más agresivos. Los
hombres con menos testosterona tienden a mirar y actuar en
cierta forma más parecida a las mujeres, y las mujeres con
más testosterona que otras mujeres tienden a parecer y
actuar en cierta forma más como hombres. En cualquier
caso, no hay conexiones poderosas entre los niveles de
testosterona y la homosexualidad en los seres humanos: la
investigación no ha encontrado diferencias entre los hombres
homosexuales y los heterosexuales cuando se tiene en cuenta
cuanta testosterona está circulando por su sangre.
Aparentemente, nuestra orientación sexual es un poco más
complicada que la de ratas o ratones.
Otros
estudios sugieren que hay diferencias en la forma en que
hombres y mujeres responden a los estrógenos: las mujeres
responden produciendo mayor cantidad de una hormona
pituitaria llamada hormona luiteinizante o LH. Los hombres
no. Pero los hombres homosexuales responden de forma más
parecida a la de las mujeres, lo que sugiere que los hombres
homosexuales tienen un hipotálamo más femenino. Podemos
por tanto esperar que las lesbianas tengan una respuesta más
masculina, pero este no es el caso. De hecho, ellas
responden con mayor producción de LH que las mujeres
heterosexuales (como si fueran más femeninas en lugar de
menos). Esto sugiere que la homosexualidad funciona de forma
diferente en hombres y mujeres.
Ha habido
estudios de estructuras cerebrales, buscando las diferencias
entre hombres y mujeres y entre heterosexuales y
homosexuales. Algunas diferencias pequeñas han sido
identificadas tentativamente, pero la investigación está
todavía en sus etapas tempranas. Y no tenemos aun forma de
saber si esas diferencias de género y orientación causan las
diferencias hormonales o son las diferencias hormonales las
que causan las diferencias de género y orientación.
Todavía,
el argumento de que al menos una buena proporción de nuestra
orientación sexual es biológica es difícil de negar. Los
homosexuales a menudo dicen que han sentido una atracción
hacia su mismo sexo desde que pueden recordarlo. Y estudios
de Martha McClintock y Gilbert Herdt mostraron que tanto los
homosexuales como los heterosexuales desarrollan la
atracción hacia el sexo opuesto o el mismo sexo a la edad de
10 años, dos o tres años antes de que empiecen a mostrar
claros signos de pubertad. Siendo la heterosexualidad
nuestra normal cultural clara, no deberíamos ver una
atracción hacia individuos del mismo sexo como si fuera solo
un comportamiento aprendido. Por el contrario, entre el 3 y
el 10 % de la población se considera homosexual.
La
relación entre un instinto y la educación es una cuestión de
impronta: la naturaleza precisa de un estímulo complejo no
directamente suministrado en la programación genética del
cerebro. Es más eficiente programar el cerebro para dar una
respuesta intelectual a un estímulo mientras experiencias
ese estímulo. Al igual que los patitos siguen el primer
estímulo móvil grande que ven, por usar el ejemplo clásico.
Hay también un periodo crítico durante el que ocurre la
impronta. Para los gansos, esto es una cuestión de un par de
días.
Las
teorías de Freud sobre la orientación sexual son básicamente
lo mismo que esto. Durante un periodo crítico (que él
pensaba que se producía entre los 3 y 6 años) la orientación
sexual se fija por un proceso complejo de relaciones
familiares que él llamó la crisis Oedipal. Un chico joven
comienza por apegarse a su madre. A medida que se hace
mayor, se da cuenta de la prioridad de su padre en relación
con su madre, y sustituye a las chicas primero y después a
las mujeres por su madre como su interés sexual primario, y
comienza a identificarse con su padre, del que aprender que
significa ser masculino. Un proceso similar, con
complicaciones, ocurre en las chicas jóvenes. La explicación
de Freud se enturbia por el uso de conceptos extraños como
ansiedad de castración (el miedo supuesto que los chicos
tienen a perder su pene) y la envidia del pene (el supuesto
deseo que las chicas tienen de que les crezca uno).
Como la
mayoría de los psicólogos, no estoy de acuerdo con muchas de
las teorías de Freud. Pero hay algo de sentido en ellas:
Sugiero que, en la edad de 3 o 4 años, el aprendizaje social
ha informado ya al niño de su género, y para la mayoría, ha
reforzado fuertemente la identificación con el progenitor
del mismo sexo. La relación entre la madre y el padre se
convierte en el modelo para el niño, y las fantasías
sexuales posteriores se centran alrededor del género del
progenitor del sexo contrario. Esto puede ser reforzado por
el progenitor de sexo opuesto jugando el papel de “reactor
de rol”, esto es, involucrándose en “ligoteo no sexual” con
el niño (“la niña de papa” y “el pequeño hombrecito de
mamá”, y cosas similares).
Freud
dijo una vez que los niños son “polimórficamente perversos”,
con lo cual quería decir que ellos disfrutan del placer
sensual en cualquier forma, de cualquier fuente. Estoy de
acuerdo con él en esto. Toma el proceso de impronta para
centrar nuestro placer sensual, y posteriormente sexual, en
un género o en otro. Si este proceso de impronta es
interrumpido de alguna forma desde la culturalmente
tradicional de la que acabamos de hablar, podemos encontrar
al niño tendiendo hacia otras orientaciones sexuales que las
puramente heterosexuales.
Esto puede suceder de muchas
formas:
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El niño
puede ser animado a identificarse al sexo opuesto
por un progenitor o progenitores que actúan como si
él o ella de hecho fuesen el sexo opuesto, como por
ejemplo vistiendo al niño de acuerdo a ello.
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El niño
puede ser convencido sutilmente por la
sobrevaloración del sexo opuesto por uno o los dos
progenitores. |
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Puede
no haber uno y otro de los progenitores con los que
identificarse y aprender los roles heterosexuales, o
un progenitor que pueda actuar de reactor de role.
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Uno u
otro de los progenitores pueden en sí mismos no
demostrar el estereotipo cultural heterosexual, como
ocurre con padres femeninos y madres masculinas.
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El
progenitor del sexo opuesto puede ser un modelo
bastante más poderoso que el del mismo sexo, como
cuando las niñas se identifican con un padre
carismático, o un chico con una madre carismática.
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Un
chico en una familia numerosa de chicas, o una chica
en una familia numerosa de chicos pueden encontrarse
abrumado por modelos de rol del sexo opuesto.
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(Nótese que,
aunque uso palabras como progenitores y madre y padre, los
mismos roles de la dinámica familiar pueden ser tomados por
otros familiares y no familiares cercanos).
Si
tomamos en cuenta conjuntamente la explicación
genético-hormonal y la explicación aprendizaje-familiar,
podemos tener un inicio de comprensión de la homosexualidad
(y heterosexualidad): Un chico o chica que tienda hacia la
homosexualidad biológicamente y que tenga una situación
familiar que fomente esa tendencia, es más probable que
crezca gay o lesbiana o bisexual. Una persona que ni tenga
tendencia biológica ni situación familiar propensa es más
probable que crezca heterosexual.
Hay una cosa que puedo decir sobre la homosexualidad con
gran seguridad: Ser homosexual de ninguna forma hace a las
personas menos humanas, menos dignas de respeto, menos
merecedoras de dignidad. Los homosexuales han contribuido
enormemente a la humanidad, desde los grandes artistas
Leonardo da Vinci y Miguel Ángel a los artistas modernos
como Lily Tomlin, Elton John, Freddy Mercury, y Ellen
Degeneres, y un millón más entre ellos. Aquellos que miran
con desprecio a gays y lesbianas están solo revelando su
propia ignorancia.
Mitos
sobre la homosexualidad
El mito
del 10%
Durante años se ha estimado que el 10% o más de la
población es homosexual. Este porcentaje se basa en los
estudios del Dr. Alfred C.
Kinsey de la Universidad de Indiana. Esta
tasa se ha mencionado rutinariamente en trabajos académicos,
materiales sobre educación sexual, informes gubernamentales
y medios noticiosos. También ha sido citada extensamente
como "evidencia" de la influencia política de los
homosexuales, así como por activistas que cabildean a favor
de programas en pro del homosexualismo, como por ejemplo la
extensión de beneficios a las familias de empleados
homosexuales en las grandes corporaciones.
Pero desde hace tiempo han existido muchas evidencias de
que el índice del 10% es un porcentaje demasiado alto. Las
encuestas hechas con grandes cantidades de personas en
EE.UU., Canadá, Gran Bretaña, Francia, Noruega, Dinamarca y
otras naciones, muestran un cuadro de experiencias
homosexuales de un 6% o menos, y de una incidencia
exclusivamente homosexual de un 1% o menos.
El ejemplo más completo es el de una encuesta llevada a
cabo por el Buró del Censo de los EE.UU. desde 1988, para el
Centro Nacional de Estadísticas sobre Salud del Centro para
el Control de las Enfermedades. La encuesta, que interroga
unos 10,000 sujetos trimestralmente, sobre "Conocimientos y
Actitudes Acerca del SIDA", pregunta confidencialmente si
alguna de varias de estas afirmaciones son ciertas,
incluyendo esta: "Usted es un hombre que ha tenido
relaciones sexuales con otro hombre al menos una vez desde
1977". No más de un 3% de los 50,000 hombres que
participaron en la encuesta respondieron "sí" a por lo menos
una de las afirmaciones. Puesto que algunas de las otras
respuestas afirmativas correspondían a las otras cuestiones
(transfusiones de sangre, uso de drogas intravenosas, etc.),
los datos definitivamente sugieren que la prevalencia de un
comportamiento homosexual esporádico es menos de un 3% entre
los hombres.
La mayoría de los estudios reportan que las mujeres
constituyen la mitad de esta prevalencia, de modo que el
estimado de homosexualidad en la población femenina en
general sería menor del 1.5%.
Una encuesta nacional mostró que 2.4% de los votantes en
las elecciones presidenciales del 1992 se describieron como
homosexuales.
Muchas otras encuestas revelan porcentajes similares. Los
investigadores Paul y Kirk Cameron (padre e hijo) han
recopilado un nuevo reporte, "The Prevalence of
Homosexuality" ("La incidencia del homosexualismo"), que
resume más de 30 encuestas hechas en cantidades grandes, de
personas que no tenían prejuicios. He aquí algunas de ellas:
*Francia: Una encuesta del gobierno de 1991-92 de 20,055
adultos reportó que el 1.4% de los hombres y el 0.4% de las
mujeres habían tenido relaciones homosexuales durante los 5
años que precedieron a este sondeo. Las proporciones de
conducta exclusivamente homosexual a través de toda una vida
fueron del 0.7% para los hombres y el 0.6% para las mujeres;
y de experiencias homosexuales durante toda la vida fueron
del 4.1% para los hombres y el 2.6% para las mujeres.
*Gran Bretaña: Una encuesta nacional de 1990-91 de 18,876
personas entre las edades de 10 a 59 años, arrojó que el
1.4% de los hombres habían tenido relaciones homosexuales
durante los 5 años que precedieron a la encuesta. Solamente
el 6.1% de los hombres había tenido experiencias
homosexuales a través de toda su vida.
*Estados Unidos: Una encuesta nacional llevada a cabo por
el National Opinion Research Center de 1,537 adultos, en la
Universidad de Chicago, arrojó que de los adultos mayores de
18 años sexualmente activos, el 1.2% de los hombres y el
1.2% de las mujeres reportaron haber tenido relaciones
homosexuales durante el año anterior a la encuesta; del 4.9%
al 5.6% de las personas de ambos sexos reportaron que desde
los 18 años habían tenido compañeros de ambos sexos, y del
0.6% al 0.7% compañeros exclusivamente homosexuales.
Otra encuesta que comprende 36,741 estudiantes de
escuelas públicas desde séptimo a duodécimo grado del
Minnesota Adolescent Health Survey (1986-87), mostró que un
0.6% de los varones y un 0.2% de las chicas se identificaron
como "mayormente o el 100% homosexuales"; el 0.7% de los
varones y el 0.8% de las chicas se identificaron como
"bisexuales"; y el 10.1% de los varones y el 11.3% de las
chicas "no estaban seguros".
*Canadá: En un grupo de 5,514 estudiantes universitarios
de primer año menores de 25 años de edad escogidos a través
de la nación se halló que el 98% era heterosexual, el 1%
bisexual, y otro 1% era homosexual.
*Dinamarca: En 1989 una encuesta de 3,178 adultos de las
edades de 18 a 59 años hecha al azar, arrojó relaciones
homosexuales en un 2.7% de los varones. Menos de un 1% de
los hombres eran exclusivamente homosexuales.
Muchos otros estudios también varían grandemente del que
llevó a cabo el Kinsey, que en retrospectiva, tiene poca
validez. El nuevo reporte muy diseminado "Janus Report",
arrojó el dato de que el 9% de los hombres y el 5% de las
mujeres pueden ser considerados homosexuales y se basó en un
grupo específico de personas previamente seleccionadas, este
es uno de los problemas. Los fallos en la metodología
también contribuyeron a estos resultados tan fuera de
proporción.
Sólo el 1% de los hombres admiten ser
homosexuales
La afirmación de que el 10% de los hombres son "gay"
(homosexuales) que proviene de los estudios de Alfred Kinsey
y ha sido diseminada por activistas homosexuales, se está
desvaneciendo debido al peso de nuevos estudios.
En los últimos estudios que se han llevado a cabo, sólo
el 2.3% de los hombres en EE.UU. entre las edades de 20 a 39
dicen que han tenido una experiencia homosexual en la última
década. Sólo el 1.1% de ellos dicen que han sido
exclusivamente homosexuales. La encuesta aparece publicada
en el Alan Guttmacher Institute Journal. "En términos
de lo que se cree generalmente, tenemos que admitir que es
sorprendente", dice el investigador John O.G. Billy, del
Battelle Human Affairs Research Center en Seattle, EE.UU.
Los datos son similares a los de otros estudios
recientes:
*Una encuesta de 1989 arrojó que no más del 6% de los
adultos han tenido experiencias sexuales con personas del
mismo sexo y menos del 1% de ellas son exclusivamente
homosexuales.
*El estudio de 1992 en Francia arrojó que el 4% de los
hombres y el 3% de las mujeres reportaron haber tenido
contactos sexuales con personas del mismo sexo; el 1.4% de
los hombres y el 0.4% de las mujeres dijeron que habían
tenido dicho contacto cinco años antes.
Fuente: Diario USA Today (EE.UU.), 15 de
abril de 1993.
¿Qué es
la homosexualidad?
Cuando
tratamos de ayudar a una persona a superar su
homosexualidad, encontramos que muchas de ellas están
confundidas sobre lo que verdaderamente es la
homosexualidad. Muchas veces la persona se identifica
erróneamente como "homosexual" creando así un obstáculo más
en su esfuerzo de aceptar su nueva identidad en Cristo. Hay
otros que no desean aceptar su problema homosexual y rehuyen
confrontar la realidad. Esto sucede a menudo con los padres
de familia o parientes que no desean aceptar la
homosexualidad de un ser amado. Para mayor comprensión de
este problema, hemos preparado esta reseña, explicando
nuestra opinión sobre qué es la homosexualidad
verdaderamente.
Hasta
ahora, ni la comunidad científica ni los grupos religiosos,
ni los homosexuales han llegado a un acuerdo sobre la
definición de homosexualidad. Sin embargo, Lauwrence J.
Hatterer, autor de "Cambiando la Homosexualidad
Masculina" dio esta definición: "Aquel que en su vida
adulta está motivado por una atracción definida,
preferencial, erótica hacia miembros de su mismo sexo, y
quien, usualmente pero no necesariamente, tiene relaciones
con éste". Esta es una definición adecuada para trabajar con
ella, pero una explicación completa de la condición de la
homosexualidad es más profunda.
¿Nacer Homosexual?.
La
mayoría de las personas homosexuales creen que ellas
"nacieron" homosexuales. A menudo esta creencia brinda
alivio y retira la responsabilidad para el cambio. Sin
embargo, no existe sólida evidencia científica que una
persona nace homosexual. La gran mayoría de las personas
homosexuales son completamente normales genéticamente: son
hombres y mujeres completos en este sentido.
Conducta Aprendida.
Nosotros creemos que la homosexualidad es una conducta
aprendida que fue influenciada por una serie de hechos: una
ruptura en la vida familiar en la niñez, una falta de amor
incondicional de parte de alguno de los progenitores, falta
de identificación con el progenitor del mismo sexo. Más
tarde estos problemas pueden resultar en una búsqueda de
amor y aceptación, envidia del mismo sexo o del sexo
opuesto, una vida controlada por diferentes temores y
sentimientos de aislamiento. Parece que una cosa está clara:
la homosexualidad es causada por una multitud de raíces.
Sería simplista pensar en una sóla causa: temor al sexo
opuesto, incesto o abuso sexual, madres dominantes y padres
débiles y opresión demoníaca. Todo esto puede jugar parte en
la causa de la homosexualidad, pero sólo uno de estos
factores externos en la vida de una persona, sus propias
decisiones juegan un papel importante en formar su identidad
homosexual, aunque son pocos los que desean admitirlo.
¿Qué Dice la Biblia?.
La
Biblia claramente dice en cinco diferentes lugares que la
homosexualidad es pecado: Levíticos 18:22, 20:13, Romanos
1:26-27, I Corintios 6:9-10 y I Timoteo 1:9-10. A pesar que
la posición de las Escrituras sobre la conducta
homosexual es muy clara, algunas personas se
preguntan: " ¿también dice la Biblia que los sentimientos
homosexuales son incorrectos?". Después de una larga
exposición sobre la homosexualidad, Romanos 1 termina con
este versículo: "Que habiendo comprendido el juicio de Dios,
que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo
lo hacen, más aún, consienten a los que las hacen". Es
evidente aquí que aun el aprobar el estilo de vida
homosexual es pecado. Colosenses 3:5 dice: "Amortiguad, pues
vuestros miembros que están sobre la tierra; fornicación,
inmundicia, malicia, mala concupiscencia y avaricia, que es
idolatría". De acuerdo a la Palabra de Dios, la lujuria
sexual y la fantasía homosexual y heterosexual son pecado.
Por el contrario, I Corintios 10:13 nos asegura que la
tentación no es pecado: "No os ha tomado tentación, sino
humana; más fiel es Dios que no os dejará ser tentados más
de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con
la tentación la salida para que podáis aguantar". Existe una
diferencia entre sentirse atraído hacia los actos
homosexuales o fantasía, y escoger rendirse ante esa
atracción. Esta es la diferencia entre la tentación y el
pecado. No podemos controlar por completo lo que nos sirve
de tentación, pero sí está en nuestro poder decidir seguir
esta tentación. Este poder de decisión se fortalece por el
Espíritu Santo quien vive en nosotros.
LOS
CUATRO ASPECTOS DE LA HOMOSEXUALIDAD
El
problema de la homosexualidad es mucho más que un simple
acto sexual. Aquellos que han sido atrapados en ese pecado,
han ingresado en el ambiente homosexual en algún grado. Para
comprender mejor las circunstancias de la persona que busca
ayuda, hemos dividido la homosexualidad en cuatro aspectos
diferentes: conducta, respuesta psíquica, identidad y
ambiente homosexual.
Conducta.
A
menudo asumimos que todas las personas homosexuales tienen
encuentros homosexuales, pero este no siempre es el caso.
Asumimos también incorrectamente que todo aquel que practica
actos homosexuales es homosexual. Pero la verdad es que
estos actos no son un indicio verdadero de que una persona
sea o no homosexual. Existe un número inmenso de hombres
heterosexuales que tienen encuentros homosexuales por varias
causas, como por ejemplo estar en la prisión o en otro lugar
donde no es posible el sexo heterosexual. Tampoco creemos
que un muchacho que ha tenido encuentros homosexuales a
temprana edad, es un homosexual, a menos que estos
encuentros llenen una necesidad que no es satisfecha de otra
manera, como la necesidad de amor, aceptación, seguridad y
significado. En este caso, estos encuentros representan un
"intercambio" por las necesidades no-sexuales que se
obtienen a través de ellos. Es posible que estos encuentros
sean sinónimo de satisfacer estas necesidades. Esto puede
llevar a una orientación homosexual. Sin embargo, las
estadísticas dan a conocer que la mayoría de muchachos que
experimentan actos homosexuales los dejan atrás, y maduran
hacia una vida heterosexual normal. Por el contrario, muchas
personas homosexuales nunca tienen encuentros homosexuales;
debido al miedo o a una fuerte convicción religiosa, estas
personas refrenan una conducta homosexual, pero llevan una
intensa lucha con la homosexualidad.
Respuesta Psíquica.
Una
breve definición de este término es: "excitación sexual
(estímulo) causada por percepción visual o especulación de
fantasía". La respuesta psíquica es lo que la gente llama
también "orientación homosexual". A pesar que muchas
personas dicen que han experimentado atracción visual o
sexual por el mismo sexo "desde que tienen uso de razón",
existe un patrón progresivo en la vida de una persona que
conduce a una respuesta psíquica homosexual. El niño puede
comenzar con la necesidad de compararse con otros para ver
si satisface los valores impuestos por la sociedad. Cuando
ve que él no se compara favorablemente con los demás, siente
admiración por esas cualidades y características físicas que
envidia, lo que le lleva al deseo de poseer a otros y
finalmente al deseo de consumir a otros. Este deseo se
erotisa en algún momento, resultando eventualmente así en lo
que se considera como la respuesta psíquica. Esta respuesta
psíquica a tomar la vida de otra persona se inicia con un
poco de imaginación. Se imaginan situaciones sexuales.
Cuando el primer encuentro sexual sucede, puede ser el
resultado de varios años de planeamiento y fantasía. No
obstante, la conducta homosexual puede preceder a la
respuesta psíquica, resultante de una respuesta condicionada
hacia encuentros placenteros y satisfactorios con el mismo
sexo.
Identidad.
Algunas personas entran en la homosexualidad por la
"identidad". Estas personas puede que no hayan experimentado
atracción sexual por el mismo sexo, o no hayan tenido ningún
encuentro homosexual. Sin embargo, desde temprana edad se
han sentido "diferentes" de los demás. Se sienten anormales,
como si no ocuparan un lugar en el mundo heterosexual. Ellos
razonan de esta forma: "si no soy heterosexual, entonces
debe ser que soy homosexual". Claro que esta es una mala
interpretación. Una vida cohibida por la timidez, miedo del
sexo opuesto, falta de habilidad en los deportes y en lo
social, no debe aceptar la identidad de "homosexual". Sin
embargo, la gente crece dentro de identidades. Una vez que
se acepta a una identidad se comienzan a desarrollar en la
vida de la persona, las características que esa identidad
implica. Es por esta razón que es de mucha importancia lo
que creemos de nosotros mismos.
Ambiente.
Una
persona homosexual puede insistir que no tiene
responsabilidad alguna por su identidad, su respuesta
psíquica, ni aun por su primer encuentro sexual, ya que este
pudo haber sido forzado. Sin embargo, toda persona
homosexual debe cargar con la responsabilidad de haber
escogido entrar en el ambiente homosexual. No obstante, las
personas entran en este estilo de vida en diferentes grados.
Algunos viven en el mundo heterosexual la mayor parte del
tiempo, y solamente buscan en el ambiente homosexual
encuentros sexuales esporádicos e impersonales. Otros, en
cambio, se sumergen totalmente en la subcultura homosexual
donde trabajan, viven y socializan en un ambiente totalmente
homosexual. Dentro de estos dos extremos, existen todos los
demás grados de profundización en ese ambiente, pero para
muchas personas, es en el ambiente homosexual donde han
sentido de alguna forma la aceptación a un nivel
superficial. A pesar de la aceptación disponible, el
ambiente homosexual, a menudo se vuelve una forma de vida
dolorosa y sin recompensa, especialmente para los
homosexuales de edad avanzada quienes ya no son deseados
sexualmente.
Como
usted puede ver, en estos cuatro aspectos, la homosexualidad
es un problema complejo con muchas definiciones y
variaciones. Si alguien le dice: "yo soy homosexual",
verdaderamente le ha dicho muy poco sobre su persona. Es
necesario mirar su vida más profundamente para determinar
hasta qué grado la homosexualidad se ha convertido parte de
su identidad. Esto también puede ilustrar por qué la
homosexualidad puede ser un problema difícil de superar.
Es
verdad que la salida de la homosexualidad no es fácil, pero
hay miles que la han abandonado, y se han hecho "nuevas
criaturas en Cristo". Muchos se han casado y tienen
familias, mientras que otros se mantienen célibes y viven
vidas gozosas dedicadas al servicio de Dios. Dios nos da los
deseos de nuestro corazón. A satanás no le complace cuando
alguna persona se da cuenta del engaño de la homosexualidad
y descubre la puerta. Hay muchas batallas que pelear, pero
"mayor es El que está en nosotros que ese que está en el
mundo".
"No
tengas miedo ni te desalientes, pues la batalla no es tuya,
sino de Dios" (II Crónica 20:15)
El Gozo de la Heterosexualidad
Poco
tiempo después de yo haber "nacido de nuevo" le dije a Dios
que yo estaría dispuesto a ir a cualquier sitio y hacer
cualquier cosa que El deseara excepto, desde luego, casarme.
Tras una década de intenso envolvimiento homosexual, el
concepto de ser heterosexual era algo extraño para mí.
Cuando surgía la idea del matrimonio yo no estaba en contra
de ello, siempre y cuando no fuera yo el que se iba a casar.
Según
los planes de Dios, yo conocí a una agradable muchacha
cristiana (en realidad una mujer hecha y derecha), y con el
tiempo nos enamoramos, luego nos casamos. Ahora estamos en
el proceso de vivir felizmente día a día. Nuestro matrimonio
es maravilloso, aunque no siempre todo ha sido felicidad. Yo
estoy agradecido porque yo no permití que mi pasado
homosexual pudiera impedirme disfrutar de esta gratificante
relación con mi mejor amiga terrenal, compañera y amante: mi
esposa.
Como sabemos, el matrimonio no es una
panacea para la homosexualidad, ni tampoco es prueba de que
la homosexualidad ha sido vencida, pero es una de
las muchas evidencias de la nueva vida que Jesús ofrece. El
matrimonio no es una obligación, y yo no creo que fuera la
intención de Dios que todas las personas se casaran. El
matrimonio no es en verdad la única senda para la bendición
de Dios, después de todo, Jesús nunca se casó (ni siquiera
tuvo citas amorosas). Yo no creo que todo aquel que ha sido
liberado de la homosexualidad tenga que casarse. La
identidad heterosexual no depende del matrimonio. A pesar de
ello, hay muchos ex-homosexuales que desean encontrar su
identidad heterosexual al grado de contraer matrimonio y
tener hijos. No hay nada malo en esto. De hecho, es bastante
normal ponerse a tono con la vida. Sin embargo, existen
ciertas consideraciones que merecen ser mencionadas. En base
a mi propia experiencia, me gustaría compartir con ustedes
algunos puntos prácticos que descubrí mientras yo iba
creciendo en una feliz heterosexualidad:
LA BASE O FUNDAMENTO.
COMPRENDE TU NUEVA IDENTIDAD.
Después de mi experiencia del "nuevo nacimiento" yo tuve que
decidir entre ser homosexual célibe o un heterosexual no
practicante. Yo me decidí por lo último que es, en mi
opinión, la verdadera identidad, de acuerdo a las
Escrituras, que Dios intentaba para mí. Como un cristiano
nuevo, yo comprendí que ahora yo tenía el potencial
para convertirme en esposo y padre.
ESPERA LA TENTACION.
Sí. Yo
tuve que luchar con las tentaciones homosexuales, escenas
anteriores y fantasías. Al principio yo temía que no estaba
realmente libre. Me preguntaba a mí mismo si yo era una
"nueva criatura" ¿por qué seguía siendo tentado de ese
modo?. Descubrí que la tentación era parte de la experiencia
de todo ser humano, sin importar sus antecedentes. Las
personas que han estado envueltas en la inmoralidad están
más expuestas a la tentación sexual, pero la tentación es
cosa común para todos nosotros. El mismo Jesús fue tentado,
al igual que nosotros, en todo, pero El nunca cedió.
Cuando yo me di cuenta de que El vive en mí, descubrí que yo
tenía el poder para resistir toda
influencia maligna que se me presentara. Cuando yo era
atacado por malos deseos, yo contraatacaba con la Escritura,
con alabanzas y mediante la limpieza y renovación de mi
mente con la Palabra de Dios. Aprendí a dejar que mi vieja
naturaleza muriera de hambre diciendo NO a mis impulsos
pecaminosos, sin importar cómo yo me sintiera.
Satanás usa las tentaciones para explotar nuestras
debilidades. Desea que nosotros cubramos nuestras verdaderas
necesidades por medios erróneos, medios que nos hacen pecar
y romper la comunión con Dios. ¡NO LO HAGAS! ¡Nadie es
merecedor de ello!. Nadie te puede obligar a pecar. Tú
eliges actuar como tú quieres y sientes. Cuando seas
tentado, no desmayes, Dios sabe que tú ibas a tener luchas.
A El eso no le sorprende. Cuando seas tentado, acude a Dios.
Recuerda que El está a tu lado. Permite que El use esas
pruebas para fortalecerte y refinarte.
NO ESPERES UNA INMEDIATA PASION POR EL SEXO OPUESTO.
En mi
experiencia personal, yo me mantuve esperando que Dios me
transformara enseguida en un ardiente Don Juan. Eso no
sucedió. ¿Por qué mis hormonas no ardían cuando pasaba por
mi lado una muchacha atractiva?. ¿Dónde estaba el fuego?.
Por alguna razón pensaba que yo estaba negociando todas mis
pasiones homosexuales por una serie de codicias
heterosexuales. Yo estaba equivocado. Eso no era lo que Dios
quería. Yo tenía mucho que desprender y mucho que aprender
de nuevo para poder vencer. Los caminos de Dios y las normas
del mundo difieren completamente. El mundo te dice que
obtengas todos los deseos de la carne que puedas conseguir.
En él la gratificación y la satisfacción ocupan el primer
lugar, el lema es: Sé duro, indiferente, hazte rico y ten
mucha relación sexual.
Pero
las normas de Dios para nosotros se reflejan perfectamente
en su hijo Jesús: el hombre por excelencia. Nunca se nos
dice cuan "macho" era Jesús, pero sí sabemos que todo lo que
El hizo agradaba al Padre. ¿Cuál es entonces la verdadera
hombría?. De acuerdo con el ejemplo que Jesús nos dejó, la
verdadera regla de masculinidad se refleja en amar a Dios
con todo tu ser y amar a otros como a ti mismo. La verdadera
hombría se expresa a través de un celo por Dios, control
propio, obediencia a la verdad y autoridad, compasión,
humildad y espíritu de servicio. Las normas que Dios tiene
para el "verdadero hombre" son las mismas que El tiene para
la "verdadera mujer". Contrariamente a las metas irrealistas
del mundo, las metas de Dios se pueden alcanzar con su
ayuda. Esto incluye el casarse si esa es su voluntad. Dios
siempre nos habilita para hacer su voluntad, si estamos
dispuestos a tratar.
DESARROLLA UNAS RELACIONES PURAS.
Esto
fue extremadamente importante en mi proceso de sanidad. Como
un cristiano nuevo, yo estaba en una buena posición con
Dios, y empecé a desarrollar una relación con El. Del mismo
modo, comencé a desarrollar buenas relaciones con otros
cristianos, especialmente con los del mismo sexo. Estas
relaciones no estaban basadas en similares antecedentes de
pecado, o motivadas por deseos sexuales u otros motivos
impuros. Mientras yo establecía sanas y puras amistades con
hombres, encontré que mi intensa atracción sexual por los
del mismo sexo se disolvía.
Por
muchos años yo ansiaba tener relaciones cercanas y afectivas
con hombres. Y por muchos años use el sexo
como medio de satisfacer esas ansias. Para mi asombro,
descubrí que mi subyacente o fundamental atracción por los
hombres no era sexual por cierto. Lo que yo buscaba era
afirmación de parte de los miembros de mi
propio sexo. Yo deseaba y necesitaba ser aprobado y aceptado
por los demás como uno de los otros hombres, algo que yo
nunca experimenté cuando crecía. Mientras esta necesidad era
satisfecha en relaciones puras con otros hermanos
cristianos, mis anhelos hacia el mismo sexo desaparecieron.
Mis emociones cayeron en balance. ¡Por fin fui aceptado y
afirmado por mi propia clase!. Aunque me
sentía tan bien siendo hombre, creía en verdad que uno no
puede entregarse completamente al sexo opuesto, hasta que
este proceso de afirmación tenga lugar. ¡Qué maravilloso es
que Dios nos dé amistades del mismo sexo para traer sanidad
a identidades rotas!.
ENFRENTATE A TUS TEMORES.
Uno de
los más grandes impedimentos a mi potencial para el
matrimonio era el miedo. Miedo del sexo, miedo de las
responsabilidades, miedo de convertirme en padre, miedo de
que yo pudiera reincidir. Desde luego, todo el mundo
experimenta miedo en cierto grado, pero mis temores
dominaban mi vida. La verdadera raíz de todos mis miedos era
el miedo al fracaso. Toda mi vida fue
repetidamente programada en una variedad de formas a que yo
era un fracaso como hombre. Especialmente mis iguales
sembraron esto en mi corazón rechazándome y tildándome de
raro, homosexual, afeminado, etc. Como un nuevo cristiano
empecé a establecer una identidad heterosexual sabiendo que
eso incluía el potencial para el matrimonio. Pero yo aún
necesitaba sanarme del arraigado miedo al matrimonio. El
pensar que yo fuera a fracasar en esta área de mi vida era
casi insoportable. Yo no deseaba arriesgarme a fracasar en
el matrimonio. Como soltero, yo no tenía que enfrentarme de
inmediato a ese miedo. Al darme cuenta de que mi relación
con Karen iba destinada al altar, no tuve otra alternativa
que afrontar la lucha.
El
Señor entendió mi necesidad. Luego de mucha oración
intensiva, experimenté la sanidad interior que tanto
necesitaba. El punto decisivo de mi sanidad envolvía
el perdón; perdonar a quienes me lastimaron, me
fallaron y me rechazaron. Perdonar, no simplemente con
palabras de complacencia, sino en actitud y acción. Y tuve
que perdonar también a Dios por haber permitido los
dolorosos acontecimientos en mi vida. Yo no puedo compartir
en este artículo todos los detalles de mi experiencia de
sanidad interior, pero la sanidad fue real y cambió mi vida.
Con mis mayores temores ya conquistados, yo estaba mejor
preparado para hacer frente a los temores normales asociados
con el matrimonio. Temores tales como: ¿Tendremos un buen
matrimonio?. ¿Actuaré torpemente en nuestra noche de bodas?
¿Me aceptarán los familiares de mi esposa?. Mirando
retrospectivamente, puedo ver que esos temores eran reales,
pero también son muy comunes en la mayoría de las parejas
comprometidas. Mis temores eran también mayormente
infundados. El matrimonio es un riesgo sin garantías
tangibles. Es un territorio desconocido para la persona
soltera, y eso es algo que asusta. Sin embargo, yo sabía que
si Dios quería que Karen y yo nos casáramos -y ambos
sabíamos que así era- entonces podíamos enfrentarnos a
nuestro futuro juntos con confianza en El.
ESPERA PARA HACER CITAS AMOROSAS.
Si tú
estás considerando guiar tus pasos hacia el matrimonio, no
te apresures a hacer citas amorosas. En primer lugar
desarrolla una relación firme con Dios, cimiéntate bien en
su Palabra y en una sólida comunión cristiana.
Busca
una continua sanidad y restauración de tu identidad.
Consigue una base sólida de modo que puedas construir sobre
ella. No te precipites a una relación de citas para probar
que estás sanado. No establezcas una relación a la fuerza,
eso no funciona. Permite que Dios traiga a tu vida la
persona que te conviene. El lo hará. El conoce la necesidad
que tú tienes de confraternidad y compañerismo. El tiene más
interés en tu futura pareja que tú mismo. Confía en que El
prepare para ti y tu futura pareja su camino en su tiempo.
Mientras tanto, aprende a depender en que El cubra tus
anhelos y deseos.
EXAMINA TUS MOTIVOS.
¿Por
qué deseas casarte? ¿Te sientes solo? ¿Tienes miedo de estar
solo mientras vas envejeciendo? ¿Se debe a presión de tus
iguales o a presión familiar?. ¿O estás teniendo dificulatad
en bregar con tus deseos sexuales?.
Muchas
personas dicen que Dios les ha dirigido a casarse, y Dios sí
hace esto. Sin embargo, muchas personas dicen "Dios me
dijo..." cuando lo que quieren decir es "yo lo deseo...". No
hay nada malo en desear casarse. Pero ese no debe ser el
objetivo número uno de tu vida. Lo importante es estar
dispuesto a servir al Señor bien sea siendo soltero o
casado.
SE HONESTO.
Las
relaciones que duran son las que se
construyen sobre bases de honesta comunicación y
confianza. Si quieres casarte entonces tu futura
pareja necesita conocer tu pasado (no en impuros detalles).
¿Por qué?. Para que no vivas en el temor de que tu cónyuge
pueda descubrirlo. Imagínate la reacción de tu pareja si tu
pasado es descubierto después del matrimonio. Además, tú
necesitas compartir de modo que tu futura esposa pueda
ajustarse y verdaderamente se convierta en una compañera
comprensiva. Claro que hay riesgo en la confesión, pero no
dejes que el miedo al rechazo te impida ser honesto.
PIDE CONSEJO.
En
primer lugar, busca el consejo de Dios. Busca lo que El
tenga que decir acerca del matrimonio: ¿Cuáles son sus
normas y qué espera de ti como pareja y padre potencial?
¿Cuáles son las bases escriturales para contraer
matrimonio?.
El
matrimonio conlleva grandes recompensas y privilegios, así
como riesgos y responsabilidades. Además del consejo de Dios
en su Palabra, consigue también el consejo de tu pastor o
consejero cristiano. Hay seguridad en una multitud de sabios
consejos. Todo el mundo, no importa su vida pasada, puede
acudir a los consejos antes de decidir hacer un compromiso
matrimonial que trae un cambio de vida.
DISFRUTA EL SER SOLTERO.
Esta
es una singular época en tu vida, la cual termina una vez
que te hayas casado. Yo no echo de menos la vida de soltero,
pero agradezco que aproveché ese período de tiempo para el
Señor y para mí. Ser soltero te permite la oportunidad de
servir a Dios sin las responsabilidades y obligaciones que
conlleva el matrimonio. Inclusive, las Escrituras dicen que
uno puede servir al Señor con mayor dedicación siendo
soltero. Ser soltero tiene muchas bendiciones, pero también
cargas (el celibato). Pero es tal vez la mejor época para
que uno se establezca bien en su relación con Dios. Es un
tiempo maravilloso para alejarte del pasado y poner la base
vital sobre la cual tú estarás construyendo el resto de tu
vida. No te moleste la actitud de los bien intencionados
cristianos que se dedican a buscar novias para otros. Ellos
tratarán. Ese es uno de los riesgos rutinarios de ser
soltero. Sólo recuerda que los pasos de los justos son
ordenados por el Señor. Busca primero el reino de Dios y sus
intereses. Haz de su voluntad tu prioridad y, a cambio de
ello, El será fiel en cuidar de tus intereses y deseos.
Para
terminar, aunque este tratado esté muy lejos de ser uno a
fondo, confío en que tú has sido estimulado y que algunas de
tus preguntas han sido contestadas. Si deseas más
información o ayuda, comunícate con nuestro ministerio.
ESCRITURAS.
Escrituras Alentadoras:
Romanos 7:14-24, 8:1-3/ 1 Corintios 6:9-11/ 2 Corintios
5:17/ Efesios 2:1-10/ Hebreos 12:5-17/ 2 Pedro 1:3-11/ 1
Juan 1:9/ 2 Timoteo 4:18 y Judas 17-25.
Escrituras sobre tu nueva identidad:
Salmos
17:8/ 1 Tesalonicenses 1:4/ Apocalipsis 1:6/ 1 Pedro 1:23/
Efesios 1:7/ Colosenses 1:13/ Efesios 1:4 y 6:10/ Romanos
6:2, 11 y 8:1/ Colosenses 2:10/ Filipenses 1:6/ Juan 6:47 y
14:12 y 1 Juan 5:4. Estas son sólo algunas de las muchas
cosas buenas que Dios tiene que decirte acerca de aquellos
que le pertenecen.
Escrituras acerca del matrimonio:
Proverbios 12:4; 12:22; 9:14 y 31:10-31. Todo el Libro
"Cantar de los Cantares". 1 Corintios capítulos 7 y 13.
Efesios 5:22-23/ 1 Pedro 3:1-7/ Hebreos 13:4. Esto es sólo
una muestra de todo lo que Dios tiene que decirte sobre el
tema del matrimonio.
Lo que los homosexuales
más necesitan
Anita Worthen se sentía culpable de meterse a
escondidas al dormitorio de su hijo, pero estaba
preocupada. Su hijo, Tony, de dieciséis años, había
comenzado a pasar toda la noche fuera, y ella ni
siquiera sabía los nombres de sus nuevos amigos.
"Quizá ha anotado en algún lado los nombres y
números de teléfono," pensó. Su billetera
estaba sobre la cómoda, y encontró un papelito
adentro. Al comenzar apuradamente a anotar los
nombres, Tony entró en la habitación.
"¿Qué crees que estás haciendo?" gritó airado. Anita
se sonrojó de vergüenza, pero mantuvo tranquila la
voz.
"Tony, quiero saber dónde estás. Cuando no llegas a
casa, necesito saber a quién llamar."
Tony discutió con ella unos cuantos minutos. Y
entonces dejó caer la bomba.
"Y bueno, ¿sabes que soy 'gay', no es cierto?"
Anita sintió que se le secaba la boca y se
paralizaba la mente. Tony llenó el silencio con
detalles. Hace tres meses, había estado esperando
algún aventón para llegar a casa, cuando un
consejero del colegio lo recogió y lo sedujo. Ahora
aceptaba su "nueva" identidad y había comenzado a
conocer a otros homosexuales.
"Además, mamá," concluyó, "he encontrado al hombre
de mis sueños. Todo va a estar bien ahora."
Primero aturdimiento, luego temor
El descubrimiento de que alguien está involucrado en
homosexualidad puede ser un trauma más grande que su
muerte. Incluso la noticia de que un colega,
empleado, vecino o pariente de un miembro de la
iglesia es homosexual puede ser bastante
desconcertante. ¿Cómo debe reaccionar el cristiano?
Para muchas personas, el aturdimiento es reemplazado
pronto por otras emociones. Desconcierto: ¿Cómo
podría pasar esto? Y culpa: ¿Pude yo
impedirlo?
La presión crece cuando la familia se siente incapaz
de compartir su problema. "Sabía que mi pastor nunca
comprendería," dijo una madre. "Le escuché decir una
vez que los homosexuales no podían salvarse."
Otra madre era la esposa de un pastor. ¿Cómo
podré involucrarme otra vez en el liderazgo de la
iglesia? se preguntaba.
Barbara Johnson comprende la profunda preocupación
que se siente por los seres amados. En 1968, el
segundo de sus hijos fue muerto en Vietnam. Cinco
años después, su hijo mayor murió instantáneamente,
al chocar un conductor ebrio de frente con su auto.
Pero el mes de junio de 1975 le trajo lo que ella
describe como el golpe más cruel de todos. El día
después de que su tercer hijo, Larry, se graduó de
la escuela semisuperior -- habiendo llegado a ser
presidente de su clase y recibido el premio de
"Estudiante Más Sobresaliente" -- descubrió una pila
de revistas homosexuales en su dormitorio.
"Un terrible sollozo me estalló desde adentro,"
recuerda. "Nunca antes había sentido tal combinación
de aturdimiento y pánico."
Respondiendo ante la crisis
La primera reacción podría ser distanciarse de la
persona que ha adoptado la homosexualidad, pero
algunos padres victoriosos y consejeros
profesionales tienen otro consejo.
*
Ama incondicionalmente.
Rechaza el pecado, no a la persona. "Es nuestra
tarea amar a nuestros hijos," dice Barbara Johnson.
"Y es tarea de Dios trabajar en sus vidas. La
condenación no funciona; sólo el convencimiento que
proviene de Dios puede causar un cambio."
Una madre recuerda el momento en que su hijo le
confesó su homosexualidad. "Su cabeza estaba
inclinada, los labios retorcidos. Sabía que me
estaba diciendo 'Si me rechazas, no sé que haré'".
La confesión de una persona es con frecuencia un
pedido de ayuda. Aunque su homosexualidad es una
novedad para los demás, por lo general ha luchado
con ella en silenciosa agonía durante años.
El amar a la persona no representa un respaldo al
estilo de vida pecaminoso. Jack, un ex-homosexual,
recuerda las palabras que le dijera su padre años
atrás: "Hijo, eres carne de mi carne y tu madre y yo
queremos ayudarte. Puedes hablar con nosotros cuando
quieras." "Ahora," dice Jack, quien está felizmente
casado y tiene dos hijos, "sé que el amor
incondicional de mis padres es lo que me ayudó a
superarlo."
*
Comunica esperanza. Muchos
hombres y mujeres que viven el estilo de vida
homosexual nunca han escuchado de una salida.
Necesitan saber de la existencia de ministerios
"ex-gay" que pueden ofrecer ayuda (ver historia
relacionada).
La mayoría de estos ministerios están dirigidos por
personas que fueron homosexuales, como Phil Hobizal,
de Portland, Oregon.
"Como adolescente, no vislumbraba ninguna otra
opción," recuerda. "Mi psicólogo me dijo que
simplemente debía aceptarlo."
Cuando Phil se encontró con Cristo en 1978, su
desesperación cambió. "Sabía que Dios era real, y
que El podía cambiar mi deseo sexual."
No existe ninguna evidencia concluyente de que la
homosexualidad es innata. "No hay tal cosa como una
inclinación 'natural' hacia el comportamiento
homosexual," dice el Dr. George A. Rekers, profesor
de neuropsiquiatría y ciencias del comportamiento de
la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina
del Sur. "Mas bien," dice el Dr. Rekers, "existen
situaciones adversas en la vida de un niño que
pueden conducir a tendencias homosexuales."
Dichos factores pueden surgir dentro de la familia.
Muchos hombres homosexuales, por ejemplo, nunca
sintieron cariño y aceptación de sus padres. Otros
se criaron con madres controladoras y hostiles.
Otros factores significativos incluyen: rechazo de
los compañeros, abuso sexual, experimentación con el
mismo sexo, descubrimiento de pornografía homosexual
y la falta de una educación sexual saludable.
En lesbianas, la falta de vinculación con la madre
con frecuencia lleva a una sensación de sentirse
aislada de su propio género ("Nunca me sentí
mujer"). Esta falta de identidad sexual puede ser
también resultado de que su padre no afirmó su
femineinidad.
Otro factor común en el desarrollo lesbiano es el
trauma sexual. "Por lo menos el 85 por ciento de las
lesbianas que atiendo han sido víctimas de abuso,"
indica Darlene Bogle, consejera en el área de San
Francisco. Estos aspectos, aunque profundamente
arraigados, no son demasiado para Dios. El es "el
Dios de la esperanza" (Rom. 15:13).
*
Rehúsate a condenar. La
familia con frecuencia lucha con un abrumador
sentimiento de culpa al descubrir la homosexualidad
de su hijo o hija.
A
Barbara Johnson le gusta recordar a otros padres que
aunque Dios era el padre perfecto, aun así Adán se
rebeló.
"Todos los padres cometen errores," dice Anita
Worthen. "Pero es cuando nuestros hijos se meten en
problemas que esos errores regresan a perseguirnos."
Anita crió sola a su hijo y conoce la lucha de
madres solas con hijos varones. Pero recuerda a los
padres que aún cuando las circunstancias pueden ser
menos que ideales, los factores familiares no
causan el comportamiento homosexual. Cada hijo
toma la decisión consciente de perseguir cualquier
tentación que surja. El adoptar un estilo de vida
gay surge de las decisiones de la persona -- y no de
los fracasos de los padres.
*
Pide perdón. Un padre se
arrepiente de nunca haber estado en casa para ayudar
a criar a su hijo, quien adoptó un estilo de vida
homosexual durante varios años. "No se puede
deshacer el pasado," dice ahora. "Dios quiere que
depositemos en El esa carga. Reemplaza la culpa con
su paz." Durante los últimos años, ha trabajado para
restaurar su relación con su hijo. "He aprendido que
nunca es demasiado tarde," concluye.
Hoy, su hijo ha abandonado su estilo de vida
pecaminoso y se encuentra involucrado en un
ministerio hacia otros que quieren superar la
homosexualidad.
*
Busca a Dios todos los días.
Los padres necesitan también la sanidad de Dios en
sus propias vidas -- no solamente en las de sus
hijos.
Mary Lebsock, una madre de Denver, salió del abismo
de la depresión grabando versículos de las
Escrituras en una cinta cassette, dejando suficiente
espacio entre ellos para poder repetirlos. Esos
versículos se convirtieron en su "desayuno
espiritual" cada mañana.
"La Biblia nos hace promesas importantes," señala
Mary. Una de sus favoritas se encuentra en Hechos
16:31: "Ellos contestaron: 'Cree en el Señor Jesús,
y serás salvo tú y tu familia.'" Otros padres citan
a Jeremías 31:16-17, I Samuel 1:28, Proverbios 22 o
Jeremías 29:11.
*
Sé realista. Miles de
hombres y mujeres han dejado la homosexualidad. Sin
embargo, para la mayoría de ellos la sanidad ha
involucrado un proceso muy largo.
La mayoría de ex-homosexuales informan que la
victoria es un proceso de discipulado día-a-día.
Puede haber tentaciones a veces, similares a las que
enfrenta un creyente adicto anteriormente al alcohol
o al juego.
Un ex-homosexual, casado ahora, recuerda sus
primeras luchas: "Incluso después de dos años de ser
cristiano, caí nuevamente en actividades
homosexuales. Había estado aferrado en secreto a mis
deseos homosexuales y me había aislado de otros
creyentes."
Luego se arrepintió de sus acciones, confesándose
ante un amigo cristiano, y continuó empujando hacia
adelante. En los 11 años desde entonces, ha
aprendido más sobre la gracia y misericordia de Dios
y no ha vuelto a caer en un comportamiento
homosexual.
*
Pon a tu ser querido en manos de Dios.
La oración es el arma más fuerte que tenemos contra
la homosexualidad.
"Pude ponerlo a mi hijo en el altar de Dios cuando
me di cuenta de que yo no lo puedo cambiar, pero
Dios sí," dice Mary Lebsock, cuyo hijo continúa
involucrado en la homosexualidad. "Lo he entregado
al Señor, y estoy en paz."
Un padre puso a su hijo en manos de Dios con esta
oración: "Haz lo que sea para que venga a Ti -- aun
si eso significa la muerte." Y entonces le hizo a su
hijo saber que estaría ahí para él cuando lo
necesitara -- día o noche. Eventualmente, su hijo sí
abandonó el estilo de vida homosexual, aunque es
ahora VIH-positivo.
*
Comprende que la sanidad llegará.
"¡Si alguien tan sólo me hubiera dicho que superaría
esto!" se lamenta Barbara Johnson. "En la década de
los setenta, nadie quería hablar de ello. Eso hizo
que mi pena fuera aun mayor."
Barbara resolvió que si sobrevivía, se abriría a
otros que se encontraran viviendo el mismo trauma.
Desde que el Señor restauró su alegría, ha ayudado a
miles.
Una mujer recuerda el primer paso hacia su propia
recuperación: "Comencé a buscar al Señor para que
sanara mi corazón quebrantado, y ya no por las
circunstancias en la vida de mi hijo."
Con el tiempo, estos padres no solo sobrevivieron,
sino que fueron capaces de reconocer algunos de los
beneficios de su prueba de fuego.
Algunos matrimonios se han fortalecido. "Nuestra
crisis familiar nos unió a mi esposo y a mí en la
meta común de orar por nuestra hija", indica una
madre.
Hay mayor madurez espiritual. "Mi caminar en el
Señor es más fuerte," dice Anita. "Soy una mejor
persona debido a lo que pasó con mi hijo."
Y
hay relaciones que se han renovado. Luego de años de
silencio, el hijo de Barbara la visitó en mayo de
1986. "Quiero que me perdones por los años de dolor
que te he causado," le dijo, con lágrimas en los
ojos. "He vuelto a dedicar mi vida al Señor. Me he
liberado de esa esclavitud y el Señor me ha
limpiado."
Barbara sabe por su propia experiencia que hay
esperanza. "Dios puede tomar tu problema y
convertirlo en un tesoro," dice. "Te ofrece un
intercambio: tus pecados por Su perdón, tu tragedia
y dolor por Su sanidad, y tu pena por su alegría." |
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